lunes, 28 de mayo de 2012

Ven, Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo
un rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres,
ven a darnos tus dones,
ven a darnos tu fuerza.
Tu bondad
es fuente de consuelo,
tu presencia
impulso en el alma,
tú nos alivias
en las horas sombrías.
Tú eres el descanso
en el trabajo,
serenidad
de nuestra locura,
alegría en nuestro llanto,
sosiego en la lucha.
Penetra con tu
santa luz
en lo más íntimo
del corazón de tus fieles.
Sin tu ayuda divina
no hay nada en el hombre,
nada que sea inocente.
Limpia nuestro mal,
riega nuestra aridez,
cura nuestras heridas.
Suaviza nuestra dureza,
elimina con tu calor
nuestra frialdad,
corrige nuestros desvíos.
Concede a tus fieles,
que confiamos en ti,
tus dones en nuestra vida.
Premia nuestro esfuerzo,
salva nuestras almas,
danos la eterna alegría.

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